miércoles, octubre 26, 2005

GODZILLA FINAL WARS, APOTEOSIS PARA EL REY DE LOS MONSTRUOS

¡Godzilla Final Wars (2004), por fin en mi poder! Aunque comprada de importación y en una edición china bastante chusquera, sin menus ni más extras que un simple trailer de la película. Pero, ¡que más da! Ha valido la pena.


Godzilla Final Wars (aka. Godzilla Fainaru Uozo) ha sido la última película hasta la fecha del lagarto radiactivo más grande que ha pisoteado la Tierra. La expectación era doble. Por un lado era la película que conmemoraba el 50 aniversario de Godzilla. Por otro lado a causa de la dirección a cargo de Ryuhei Kitamura, director loado/vilipendiado dependiendo del gusto de cada uno. A mi personalmente me intrigaba lo que este director nipón, de innovadoras aunque erráticas películas de acción como Versus (2000), Alive (2001), Aragami (2002), Sky High (2003), o la más reciente y aceptable Azumi (2003) , podía aportar a la serie de Godzilla. ¿El resultado? Un entretenido producto de destrucción masiva con bastantes momentos sublimes a la vez que otros bastante decepcionantes. Érratico, lo dicho, como siempre.

Ignorando las películas anteriores, Godzilla Final Wars retoma el final de la primera película y empieza mostrándonos a Godzilla siendo derrotado y encerrado bajo un glacial de hielo. La vida sigue y el futuro se nos muestra a la manera Kitamura, muy fashion y muy Matrix. Una mutación en algunos seres humanos ha permitido crear un supergrupo militar preparado en las artes de la guerra en espera de una nueva aparición de Godzilla. Mientras tanto se dedican a eliminar a otros monstruos menos mortíferos.

Pronto serán puestos a prueba. En diferentes puntos del planeta hacen aparición diversos monstruos que no se lo pensarán dos veces antes de iniciar su ritual de destrucción. Manda, Rodan, Anguirus, King Seesar, Kumonga, Kamakuras, el Godzilla yanky (también conocido como Gino Godzilla Only In Name) serán los portadores de desolación urbana. Aunque los impotentes humanos saborean alguna que otra victoria. Tal es el potencial de este nuevo grupo militar mutante que podrán hacer morder el polvo a Ebirah, el Monstruo Marino. Pero sin beberlo ni comerlo estos monstruos desaparecerán igual de rápido que aparecieron ante el estupor de la humanidad.

A eso se añade la aparición de una nave alienígena procedente del Planeta X, cuyos tripulantes, los X-ianos, traen una oferta de paz y unidad para la humanidad. En realidad todo es una trampa según descubren los protagonistas. Los extraterrestres pretenden esclavizar a la humanidad sustituyendo a sus políticos por X-ianos, y eso es algo que no se puede tolerar. En castigo a ésta rebeldía los X-ianos deciden invadir el planeta y someter a la humanidad.
Y para eso despliegan su armada naval y traen de vuelta a la tierra a los montruos. Empiezan convocando a Gigan, modernizado y metalizado, más mortífero si cabe. Y junto a éste, en otros puntos del planeta irán apareciendo y sembrando una destrucción apocalítica los siguientes monstruos:

Rodan en New York / Anguirus en Shanghai / King Seesar en Okinawa / Kamakuras en París / Gino en Sydney / Kumonga en Arizona / Ebirah y Hedorah en la bahía de Tokyo.

En el bando de los humanos tenemos la, por decirlo de alguna manera, 'simpática' aparición de Minya o Minilla, el 'Hijo' de Godzilla. Si..., este personaje daría para más de un artículo... En fin. Minya, trabará amistad con un niño y su abuelo... Y, bueno, antes ya mencionábamos los altibajos de la historia.

Pero por suerte para la tierra los protagonistas tienen (¿podemos hablar de 'buen juicio?) la idea de rescatar a Godzilla de su prisión de hielo en el Ártico y usarlo como arma contra el enemigo invasor. Pero Gigan no se lo pondrá facil y les perseguirá hasta darles caza. En el último momento el Gran G surgirá del hielo y al verse atacado por Gigan no dudará en reventarle la cabeza con uno de sus rayos radiactivos. Godzilla ha despertado y está/sigue muy cabreado.

Aquí comienza la Guerra Definitiva. El plan de los protagonistas es bien sencillo. Dejar que Godzilla los persiga por todas las ciudades del mundo y que así se enfrente a los monstruos que allí se encuentran.

El primero en caer, de una manera contundente y rápida es el Godzilla americano, Gino, que para más sorna lo han hecho digital como en la película de Roland Emerich. El avanzar de Godzilla es lento pero imparable. Ni Rodan ni King Seesar ni Angirus atacando a la vez pueden con él, el resto, menos. El enemigo comienza a ponerse nervioso al ver la aterradora fuerza de la naturaleza que es Godzilla.


Por eso, tras haber exterminado completamente a todos los monstruos, el lider X-iano decide enviar al último y más terrible monstruo contra Godzilla: Monster X junto a una versión reconstruída y más afilada de Gigan. Pero Godzilla no estará solo en este definitivo combate, Mothra la protectora de la Humanidad vendrá en su ayuda y se encargará de Gigan mientras Godzilla se enfrenta con dificultades a Monster X.

Mothra cae, pero se lleva consigo a Gigan. El combate final se decidirá entre Godzilla y la nueva forma evolucionada de Monster X: King Ghidorah. El combate será crudo y sin cuartel. Pero Godzilla está debilitado y las tres cabezas de King Ghidorah son peligrosas enemigas. Los protagonistas, pilotando su nave de guerra deciden echar un cable a su aliado y le recargan de energía disparándole. Con las fuerzas renovadas Godzilla no tendrá contemplaciones con Ghidorah. Ninguna.

La sensación final de la pelicula es diversa. Por un lado parece que estés viendo dos películas diferentes. Una es la historía de Godzilla contra un montón de enemigos gigantescos. No exige mucho esfuerzo. Y la otra la de Ryuhei Kitamura, también partícipe del guión junto a Isao Kiriyama, buenamente ha intentado explicar una historia de las suyas: tios con modelitos de cuero y armaduras de video juego tundándose de lo lindo, de una manera espectacular pero con poca calidad narrativo-fílmica (que precisamente es el punto fuerte del director en toda su filmografía). Lo que en otras películas sorprende por lo arriesgado e innovador, aquí a veces es tan exagerado en las poses que se acerca demasiado a lo cómico. Así, toda la trama de los humanos en su lucha contra los invasores, parece una mera excusa para que Kitamura haga sus escenas de acción, que en tanto que no son nada del otro mundo (salvo tal vez la pelea en las motos) pues como que relentizan el ritmo y te dispersan el verdadero interés de esta película: Godzilla y su andar desolador y la comprensión cada día más acentuada de entender la mentalidad de este solitario ser gigantesco que tanto rencor y odio guarda a la Humanidad desde aquel fatídico día en que le inflingió tanto dolor...

¿Qué te queda de esta película finalmente? Entretenimiento seguro, algunas risas y momentos de aplausos, así como, hay que reconocerlo, de vergüenza ajena... Y sin duda la espera de si realmente ésta será la última película de Godzilla... ¿Y para cuándo Godzilla Vs Gamera? Preguntas, preguntas... ¿Y Gamera 4? Recomendable sólo para amantes del género.

Por cierto, dato de interés. El nombre del actor que hace de Godzilla en esta película: Tsutomu Kitagawa. Que le den un Óscar de una puta vez.

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