¿Ricard Ibáñez? ¿De qué me suena ese nombre? Eso me pregunté cuando una compañera de trabajo me enseñó la nueva novela publicada por Dolmen. Entonces un escozor en mi hombro izquierdo y la imagen del logo de un macho cabrío, mi primer tatuaje, apareció en mi mente. ¡Coño, Ricard Ibáñez! ¡Es Ricard Ibáñez! El creador de uno de los mejores juegos de rol de todos los tiempos, y encima español: "Aquelarre", publicado en su día por Joc Internacional.
En mis manos tenía la novela del tipo gracias al cual, junto a mis hermanos y colegas, había pasado más de cinco años de mi vida jugando con sus manuales de rol y sus historias en una España medieval mágica y diabólica, una España llena de folklore y leyendas y mucha, mucha historia, pero amena y divertidísima, y aquello tenía mucho mérito (evidentemente jugar a "Aquelarre" de Ricard Ibáñez, nada tenía que ver con las clases de historia al uso de la época que tristemente se basaban en estar sentado en tu pupitre escuchando al maestro/a de turno leyendo soporíferamente las cuatro pinceladas mal dadas de la Reconquista o la derrota de La Armada Española).
Así que le eché un ojo a su nueva novela "Mio Sidi" y gratamente pude comprobar que iba a tener unas vacaciones entretenidas. La nueva novela de Ricard Ibáñez mantiene el mismo equilibrio que su juego "Aquelarre". Historia y ficción se entremezclan de manera magistral. La vida del legendario Cid Campeador y sus hechos, narrados en su cantar y en romances posteriores, son convertidos en ficción por el autor, una ficción que explota la cultura mágica de nuestro país y las criaturas míticas que lo pueblan. Una cultura que tristemente tendemos a olvidar y a infravalorar, a pesar de su riqueza. Su lectura recuerda mucho a sus narraciones en"Aquelarre" y hay momentos en que uno vuelve a sentir agradables ecos en su memoria.
Escenas de acción trepidante aderezadas con diálogos divertidos e ingeniosos, así como pinceladas a personajes históricos, reinterpretados por el autor aprovechando vacíos documentales, hacen que la lectura de "Mio Sidi" sea agradable, rápida y que enganche desde un buen principio.
Lo único negativo, por decir algo, tal vez sea que algunas de las escenas de acción pecan de largas, y se vuelven demasiado "roleras"; es decir, su longitud hace que haya momentos en que se rompa la idea de estar leyendo una novela de ficción histórica y dé la impresión de estar leyendo una partida de rol en la que los personajes pierden su áurea histórica para volverse personajes que caminan al son del rodar de los dados.
Espero que la andadura de Ricard Ibáñez por el mundillo de la novela histórica de ficción no acabe aquí, sino que siga deleitándonos con su mundo y su buen hacer. De momento espero con ganas la tercera edición pendiente de salir a la venta de "Aquelarre", editado por la editorial NoSoloRol. Ya hay portada definitiva, y soberbia, ilustrada por Borja Pindado, y al parecer constará de más de 400 páginas a color. Espero que no decepcione como las anteriores ediciones, que yo conocí la primera y con la calidad y diseño de ésa no la he vuelto a ver.
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