martes, marzo 14, 2006

LA SOMBRA DEL COLOSO

Después de hablar de la anterior joya para PS2 de Fumito Ueda, ICO, ahora, después de que me lo haya acabado, le ha tocado el turno a SHADOW OF THE COLOSSUS.
Si en ICO debíamos escapar con una princesa de un inmenso castillo lleno de plataformas y puzzles. En SHADOW OF THE COLOSSUS para salvar a nuestra amada debemos adentrarnos en un mundo extraño y vasto y hacer frente a unos desafíos de proporciones colosales. 16 gigantescos colosos (bueno 2 de ellos son como toros, pero los otros 14 son enormes!!!). A cambio de que un espíritu llamado Dormin resucite a su amada, Wander, el protagonista, Wander, accede a matar a los 16 guardianes que protegen la puerta que puede darle acceso al reino de los muertos. Y así, desde un buen principio intuímos que hay gato encerrado en este pacto con el ente llamado Dormin, pero poco tiempo tenemos para pensar en ello si a cambio conseguimos devolverle la vida a nuestra amada. Cueste lo que cueste, sentencia Wander. Y realmente así será, como descubriremos al final del juego.


Si bien en Shadow dejamos los puzzles que hicieron nuestras delicias en ICO, no será así con las plataformas. La gran genialidad del equipo de Fumito Ueda ha sido tomar la idea del cuento popular de El Sastrecillo Valiente, reimaginar el concepto plataformero y aplicarlo a algo tan original como buscar la manera de alcanzar los puntos vitales de nuestro enemigo.

Así, lo que parecerá de buenas a primera una empresa titánica resultará un desafío a la imaginación y a la astucia para desentrañar la mejor manera de subir por el cuerpo del coloso y descubrir (en medio de zarandeos, golpes, cansancio y caídas tras saltos mal calculados) sus puntos débiles donde hundir nuestra espada y poner fin a su vida. Y lo peor de todo es que una vez vencidos la sensación que tenemos no es de victoria, sino, extrañamente de tristeza (y de estar cometiendo un terrible error). Para poder derrotarlos contaremos con dos armas, nuestra espada (que también nos indica el lugar donde buscar al coloso) y nuestro arco y la compañía de nuestro fiel caballo Agro.

De nuevo uno de los elementos más interesantes y destacables del juego dirigido por Ueda es el diseño de Shunpei Suzuki y Hitoshi Niwa. Por un lado el mundo. Un mundo realmente vasto y enorme (dicen por ahí, que supuestamente tiene el tamaño de Tokyo a escala..., pero que lo mida el que le apetezca). Viajaremos a través de bosques agrestes, tierras baldías, desiertos de dunas, pantanos, lagos, precipicios, llanuras inmensas, y en lo más recóndito de estos solitarios parajes el hecho de encontrarse con las ruinas de un templo o de un castillo le activa la imaginación a uno y se acentúa la curiosidad de conocer más sobre la misteriosa civilización o raza que los construyó.

Y ahí te deja ese regustillo idéntico a ICO, que hace que en muchos momentos del juego decidas perder el tiempo y detenerte simplemente a contemplar el paisaje. Maravilloso sin lugar a dudas.

Otro aspecto destacable del diseño son los colosos. Por un lado su tamaño. Pocos enemigos finales de cualquier juego son tan sobrecogedores como cualquiera de los colosos de Shadow. Podemos hablar de tamaños de 20 o cuarenta metros de altura a escala, lo que nos convierte en meras hormigas al lado de nuestros enemigos. Sus formas nos recuerdan a otros animales (serpientes, caballos, toros, lagartos, pájaros, gusanos), pero su cuerpo está formado por pelo, piel, hueso o escamas, y armaduras de piedra o roca esculpida. Aunque sin duda la mezcla de lo orgánico con la roca es lo que los hace tan originales. Se mueven lentamente, en relación a su tamaño, aunque a veces su velocidad nos pillará desprevenidos y su fuerza demoledora nos dejará aturdidos a su merced. Lucharemos contra ellos en su habitat. Ya sea, surcando los cielos sobre su espalda, nadando en el lago donde se ocultan, atravesando el desierto o destrozando muros y columnas del templo que protegen.

Así como en ICO la música era minimalista y casi toda ambiental, y le iba como anillo al dedo, podemos decir que el trabajo de Kow Otani (seguramente más conocido por sus bandas sonoras en la saga de Gamera) ha sido soberbio. Por un lado mantenemos ese silencio de la soledad ambiental. Por otro tenemos su banda sonora. La épica que transmiten sus temas y lo bien sincronizados que están con los momentos claves en la lucha contra el coloso, en el momento de asestarle el golpe de gracia o simplemente el momento de contemplar la grandeza y belleza de nuestro enemigo es sin duda magistral. Haciendo de SHADOW OF THE COLOSSUS una de las mejores bandas sonoras épicas habidas hasta el momento, independientemente o no de que sea para un video juego. Hay que oírla y juzgar.

Pero ¿hay algo criticable en SHADOW OF THE COLOSSUS? Pues lamentablemente si. Y es una pena, por que de no haberlo estaríamos ante uno de los juegos más increíbles de todos los tiempos. ¿Que le falta? ¿Qué no tiene? Pues más historia. Más chicha entre coloso y coloso. Porque si bien el concepto de juego, las sensaciones continuas que transmite, su complejidad son insuperables, lo que en ICO funcionó tan bien (ese contar sin contar nada, ese imaginar evocador a medida que avanzabas por el castillo abandonado) en Shadow sabe a poco. Hay una historia previa al momento en que llegas al castillo con la chica. Hay un mundo donde ocurre todo y unos seres que están allí por una razón. Hay un final trágico que supuestamente te enlaza con ICO (y recalco 'supestamente', porque mucho no se entiende y te lo cuentan terceras personas..., y ya se sabe). Pero SHADOW OF THE COLOSSUS te cuenta tan poco de si mismo que si el juego se juega del tirón, sin mucho espíritu contemplativo, éste sabe a poco y simplemente nos limitamos a ir de coloso en coloso y de muerte en muerte. Con algo más de historia entre uno y otro, hubiera sido perfecto, pero...

En fin. Como dijimos anteriormente en ICO: SHADOW OF THE COLOSSUS es recomendable para todo aquel que tenga sangre en las venas y que busque originalidad y arte en un juego, así como adicción y el pensamiento espontáneo de no haber tirado tontamente el dinero. Una gran juego, muy esperado y realmente compensado. Otra joya.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Compañero del metal, te comento a modo de curiosidad, que el dibujante Sagar Forniés y yo hemos participado en el concurso de Playstation acerca del videojuego que comentas. Se trataba de crear un nuevo coloso y explicar su poder y puntos débiles en apenas 50 palabras. Nos quedó chulo, la verdad sea dicha. Si te portas bien algún día te enseñaré el dibujo.
Un abrazo, camarada!

Sergio A. Sierra dijo...

Que sea verdad!!

Simon Templar dijo...

Chavalín! En mis últimos dos posts tu persona tiene mucho que ver! El de la foto por razones obvias y el otro, porque si te va, estas invitado a hacer tu aportación. Nos vemos mañana pa comé!